jueves, mayo 12, 2011

Cómo sabes huir


Él me dijo adiós.
Con un cigarro en la boca y gesto vencido.
Con las piernas cerradas y el cuerpo en rodajas.
Comentaba: Lo eres todo y nadie para mí.
Yo me fui, desvistiéndome por el camino,
desvaneciendo el tiempo y haciéndolo hiel,
dejando un surco de sangre y aliento morado.
Miré al cielo.
Supuraba lamento por cada nube de gas existente.
Me bañé en él,
saciando lo que mis carcajadas no me daban,
riendo con la risa partida y la nariz manchada de cal.
Acosté mi cuerpo en el barro,
usurpando el lugar de algún cadáver.
Observando como marchaba,
arrojando cenizas a mis hombros,
escuchando chirriar metales del alma en un bar.
Un espejo troceado, me valía de arma para hablar.
Mírame. Mi pierna es tuya. Tómala. Tira de ella.
¿Qué no vale?
Se dio la vuelta, sin alba en la mirada,
con las cuencas vacías de ramas y los pies hambrientos.
Yo aposté la otra pierna que me quedaba,
deseando no haber negociado si podía llegar a ser cuerda
y besar las piedras creyendo ser la mar.

- 2009. Madrid.

1 comentario:

  1. Empezar y acabar, ambos son verbos, los dos de la primera conjugación… sólo existe una diferencia entre ellos, el tiempo en que suceden.

    No es fácil decir adiós a algo, o alguien, que ha surcado nuestro cuerpo y devorado nuestras neuronas, por yermo y efímero que sea este. No, no son fáciles las despedidas. Hay personas que creen, con vehemencia, que el final de algo es el principio de otro algo nuevo, que cuando se cierra una puerta se abre otra… No sé si esto será verdad. A decir verdad, tengo grandes dudas sobre la veracidad de esas palabras.

    “El tiempo todo lo cura”… Empezar… Acabar… todo ello es tiempo. Según la teoría sostenida por muchas personas, esa que enuncié unas líneas más arriba, todo tiene su mármol. Me pregunto yo si el tiempo también tiene su hora, su momento en el que decir “hasta aquí llegué, aquí me quedo”. Creo que mientras sigamos impresos en el juego de las agujas del reloj tendremos siempre la conciencia del pasado, de un futuro escrito en los poros heridos de nuestro cuerpo. Es imposible conformar un futuro sin hacer alusión al pasado, sería tan infructuoso como empezar a construir la casa por el tejado.

    Yasmín, me ha parecido muy bonita tu poesía, sobre todo el trato a la palabra en el nudo de ella. Siempre es un placer leer tus palabras.

    Saludos.

    PD: buena elección en lo que respecta al fondo de tu blog, esa vegetación le da un aspecto apagado y melancólico.

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